(Bevilacqua - 13) La llama de Focea by Lorenzo Silva

(Bevilacqua - 13) La llama de Focea by Lorenzo Silva

autor:Lorenzo Silva [Silva, Lorenzo]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: det_crime
ISBN: 9788423362165
editor: papyrefb2tdk6czd.onion
publicado: 0101-01-01T00:00:00+00:00


17 Guardeu el crèdit

Los augurios del ya sargento primero Robles, como a lo largo de los años siguientes tendría ocasión de comprobar que solía ocurrir, se cumplieron en sus términos. Pese a todas las aprensiones previas, y gracias a las precauciones que se habían tomado, aquellos días de julio y agosto de 1992 fueron, probablemente, los más pacíficos, menos conflictivos y más seguros que conoció la ciudad de Barcelona en todo el siglo XX, que no quiso ahorrar a los barceloneses ninguna de las formas de violencia practicadas por el ser humano. Desde la guerra, en las calles y con bombardeos desde el mar y el aire, hasta los atracos a mano armada, pasando por las huelgas revolucionarias o los desmanes de los pistoleros anarquistas y de la patronal. Sin olvidar la violencia terrorista, amparada en el prestigio siniestro de una idea, o la delincuencia quinqui, auspiciada por la pulsión más elemental de poder tener lo que la vida no les otorgaba a sus practicantes, desde un coche que corriera hasta unos vaqueros de marca, amén de la heroína que se acababa convirtiendo en fatídico norte de sus brújulas rotas.

Nada de eso hubo, ni siquiera en sus formas más livianas. Lo más que se llegó a ver fue algún cartel que pedía freedom for Catalonia, en la única lengua, con el alemán, que lo ha sido de dos imperios distintos, una paradoja en la que sus promotores no debieron de reparar y que fue acogida con escaso eco dentro y pasmada incomprensión fuera. Lo que de veras atrajo la atención de Cataluña, España y el mundo fue el espectáculo de La Fura dels Baus, el arquero que prendió el pebetero con una flecha encendida con la antorcha olímpica o la arquitectura de los espacios que Barcelona había preparado para las competiciones y los deportistas: el complejo de Montjuïc, el Puerto Olímpico, el Canal Olímpic de Castelldefels, la Villa Olímpica. Entre la inauguración y la clausura, el centro de atención fue el estadio al que se le dio, con el respaldo moral, espiritual y económico de todos los españoles, el nombre de Lluís Companys, el presidente de la Generalitat fusilado tras la guerra civil por los mismos cuyos aviones y barcos arrojaron durante su transcurso bombas y proyectiles sin cuento sobre la ciudad. Y de principio a fin admiró a propios y extraños la impecable y eficaz organización, muy superior a la de los juegos anteriores y posteriores, en Seúl y Atlanta, esto es, en dos países que no se caracterizaban en absoluto por su falta de desarrollo o de recursos. Diríase que por una vez se cumplía el deseo de Vicens Vives: que las virtudes catalanas, integradas en el empeño común de España, ayudaran a mejorar cómo se percibía a esta desde el exterior, y cómo españoles y catalanes se percibían a sí mismos. No faltó quien hiciera otra lectura: que sólo a través de Cataluña podía España parecer algo, lo que era argumento para desear que sus caminos se separaran, soltar lastre y poder picar más alto que junto a andaluces, extremeños y demás.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.